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Presupuestos Participativos de Rivas 2018

Rivas tiene muy buenas condiciones para desarrollar una movilidad sostenible a base de ciclos y otros vehículos de movilidad personal, con ayuda eléctrica o sin ella.

El casco urbano se despliega en apenas 7 kilómetros de este a oeste y a lo largo del año son contados los días que llueve.

Con distancias tan asequibles, un clima propicio y los trasteros y garajes llenos de bicicletas y patines… ¿Por qué arrancar el coche para todo?

Rivas dispone de 11 kilómetros de carril bici separado del tráfico motorizado que serían la infraestructura perfecta para la movilidad sostenible si estuvieran debidamente conectados.

Sin embargo, no hay paso seguro y atractivo entre el este y el oeste.

Rivas es un amasijo de huesos sin columna vertebral.

Nos falta la arteria principal, la Ciclovía, la del Tren de Arganda.

Para que moverse en bici sea más seguro y eficiente para todas las edades, además de la infraestructura nos hace falta la disposición. Y en esto lo tenemos fácil. Un municipio joven, con clubs deportivos de todo tipo y una política eco.

Reduciríamos el uso del coche para cualquier trayecto.

A por el pan en bici. A la pelu en bici. A misa en bici.

Y si esto lo combinamos con bulevares para peatones… menos contaminación, menos ruido y más actividad económica.

Pedalear entre los coches no es agradable.

Sin ecovías no podrán rodar ni pequeños ni mayores. Ni mujeres ni hombres que no se sientan seguros.

Las Vías Verdes se llenan de personas de todas las edades, de patinetes eléctricos…

Montar en bici o patín te rejuvenece.

Te olvidas de los atascos, de buscar aparcamiento y ahorras en combustible.

Sin Ecovías el cambio no será posible.

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